Obtuve la Diplomatura de Ciencias Empresariales levantándome cada día a las 5h30 de la mañana durante años. Iba al almacén de una fábrica para escribir a mano los albaranes de entrega. Pasaba allí 8 horas. Adquirí disciplina y aprendí que todo trabajo, por sencillo que sea, es muy importante en un engranaje empresarial. También acabé odiando escribir a mano. Por eso, con mis primeros ahorros, me compré el SINCLAR ZX81, para mí una auténtica maravilla, aunque sólo tenía 2kB de memoria RAM. Descubrí que con recursos sencillos se pueden conseguir también grandes resultados.
Es verdad que quizás me hubiera gustado tener Masters y otros títulos y no una modesta diplomatura, pero en todas las empresas en que he trabajado a lo largo de mi vida siempre he aportado dos cosas que creo muy importantes: pasión y razón. Y eso significa tiempo. Me considero un "self-made man". Llevo más de 30 años haciendo lo que más me gusta, dedicándome un 50% a la gestión y un 50% a los números. Y en AGM Abogados debo además de añadir el hecho de estar a gusto con mis compañeros y la satisfacción de ver cómo los socios valoran mis aportaciones.